sábado, 25 de mayo de 2013

Momento dorado del fútbol alemán

Por primera vez en la historia, dos equipos alemanes se enfrentarán en una final de la máxima competición europea de clubes. En una esquina con el calzón rojo está el Bayern, ese "rodillo alemán" que no ha dado síntomas de flaqueza, y nunca mejor dicho, es una maquina de ingeniería alemana perfecta. Un equipo que se ha plantado en la final con una superioridad insultante. En la otra esquina y con  calzón amarillo se encuentra el Dortmund, el equipo revelación de esta temporada, un equipo basado en la autosuficiencia, apostando por jóvenes talentos que con la llegada del carismático Klopp en 2008 ha crecido a pasos agigantados. 



Esta irrupción de jóvenes talentos alemanes no viene caída del cielo, hay mucho trabajo detrás. El buen momento que vive el fútbol germano es fruto de un trabajo encabezado a comienzos del nuevo siglo. Tras ganar Alemania la Eurocopa de 1996, disputada en Inglaterra, se sucedieron dos fracasos consecutivos en las dos siguientes citas internacionales, Francia '98 y Bélgica y Holanda 2000. Los germanos no podían permitir que siendo ellos los anfitriones en la cita mundialista de 2006, su selección se quedara apeada a las primeras de cambio, llevándose un varapalo aún mayor. Por ello, se pusieron a trabajar obligando a los 36 clubes de las dos primeras competiciones alemanas a trabajar en sus categorías base, mejorando sus infraestructuras y dotando a sus jóvenes  mayor protagonismo. 

Los trabajos dieron sus frutos, y en el Mundial de Alemania 2006, la "Mannschaft" se colocó entre las cuatro mejores selecciones del mundo. En 2009, esta hornada de jóvenes talentos alemanes se proclamaron campeones del Europeo sub '21. Este protagonismo a sus categorías base, ha ido creciendo y en las últimas citas internacionales, el combinado alemán siempre ha llegado como mínimo a Semifinales. Dejando a un lado la selección, la Bundesliga se ha convertido en una de las grandes ligas europeas. Es la liga donde mejor están repartidos los derechos televisivos y donde mayor afluencia a los estadios se registra. En definitiva, el fútbol alemán vive su edad de oro.

Los Özil, Götze, Kroos, Reus, Hummels, y compañía, no vienen de la nada, sino fruto de un trabajo envidiable desde abajo. Una final que es fruto del trabajo y de las cosas bien hechas. Esta noche se decidirá quién es el "Canciller de Europa". 

¡Qué comience el espectáculo!

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