Iker Casillas y Xavi Hernández recogieron este viernes el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes 2012, entregado por el Príncipe Felipe.
Este galardón además de reconocer los éxitos deportivos de ambos, recoge algo más importante. Recoge la amistad que les une desde hace años, desde que compartían vestuario y habitación en aquellas primeras convocatorias con la selección absoluta. Ellos han sido el alma de la selección en los buenos momentos, con todos los títulos ganados en los últimos cuatro años, y en los momentos que hasta entonces no habían sido tan buenos.
Ellos tienen la culpa de que la selección siga unida, tras aquellos cuatro clásicos en los que la tensión se podía cortar con cuchillo, que tanto daño hicieron al entorno de la selección. Hicieron que independientemente de la camiseta que vistas con tu club, cuando te enfundas la camiseta de la selección española hay que morir por ella y olvidar las rencillas del pasado.
Estamos delante de dos leyendas vivas, de los dos mejores jugadores de fútbol que ha dado este país en su historia. Dos jugadores que serán recordados no solo por su palmarés, que no es moco de pavo ni mucho menos, ambos son campeones de todos los títulos posibles tanto a nivel de clubes como de selección, sino por ser dos jugadores modélicos y todo un ejemplo para las nuevas generaciones.
Cuando estos dos cracks se retiren, valoraremos mucho más lo que han hecho tanto por el Real Madrid y por el Barcelona, como lo que han dado por el combinado nacional. Una selección que en los últimos años ha sido capaz de algo que no ha conseguido ningún polítco, ni ningún otro combinado, unir a un país que cada vez parace más resquebrajado. Por mi parte, solo me queda daros las gracias.
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